Es lunes por la tarde, me estoy preparando un café caliente. Me encanta su aroma. Hoy he decidido hacer una lista de mis inquietudes y ordenar mis ideas. Hoy necesito hacer un parón en mis actividades diarias y recuperar aquello que empecé hace algún tiempo, pero que por unas causas u otras, había dejado aparcadas. Hay demasiado ruido en mi cabeza y necesito reencontrar mi esencia. Me encuentro revisando unas carpetas que tengo en mi ordenador, intento ordenarlas. Mientras las leo y organizo me encuentro con unas notas que había escrito hace ya algún tiempo y que hoy quiero compartir porque recordé su esencia.
Por ponerte en situación, estaba yo haciendo mis primeros pinitos sobre un compendio de artículos sobre todo aquello que somos, lo que creemos que somos y lo que no somos pero que creemos que sí lo somos. Hablo de MIS EMOCIONALES PINCELADAS AL UNIVERSO (MEPU), del Aquí y el Ahora y sobre la Felicidad. Su parte fundamental son las Ecuaciones Emocionales que planteo y está conformado con actividades prácticas, curiosidades, meditaciones y una serie de pautas que reflejan algunas de mis inquietudes y que pueden ayudarme a estar más presente.
Mientras lo hacía y como me considero un persona mentalmente inquieta y curiosa, la Ley de la Atracción hizo su trabajo y como por arte de magia, me encontré unas palabras que estoy convencido que han sido visualizadas más de 80 millones de veces y que me calaron en lo más profundo de mi corazón.
Sus frases simples y sin pretensiones, nos recuerdan las cosas más importantes de la vida. Sí, las mismas que muchas veces se quedan en la teoría de las ideas y que nunca se llevan a la práctica y que entonces, mal que nos pese, quedan en nada. Nos hacen sentir bien y seguramente pensar.
Nada más leerlo, una embriagadora sensación de querer llevarlo a la práctica me invadió y a día de hoy forma parte de mi día a día. Por eso, de vez en cuando, vale la pena recordarlas. Me refiero al “Manifiesto Holstee”, que fue creado por Holstee en 2009 por los hermanos Rapdarvar (Marc y Dave) y Favian Pfortmüller, de Holstee. y, desde que se publicó se ha ido compartiendo por la red. Es uno de esos Manifiestos que «ponen las pilas». O deberían.
Es un manifiesto que puede servirnos para darnos cuenta de lo que realmente importa y tomar consciencia de ello.
¿Te resuena? Escoge algo para empezar, lo que sea.
¿Qué añadirías? (venga, vamos a poner en marcha nuestras neuronas, hagámoslo nuestro y comencemos a caminar).
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