Hoy es un día muy especial para mí. Hace unos cuantos años, mis padres me dieron la vida, y por ello les estaré eternamente agradecido.
Creo que es maravilloso tener ese sentimiento de agradecimiento hacia nuestros padres por habernos dado la vida. La familia es uno de los pilares fundamentales en la vida de una persona, y es importante reconocer el valor de nuestros seres queridos.
No olvidemos que el amor y el apoyo que recibimos de nuestros padres a lo largo de nuestras vidas es algo que no tiene precio, y es algo que siempre deberíamos valorar y agradecer. A medida que crecemos y nos convertimos en adultos, es importante seguir manteniendo una relación cercana y amorosa con nuestros padres, y seguir demostrándoles amor y agradecimiento cada día.
Recuerda que una forma de demostrar tu agradecimiento es hacerte saber cuánto los quieres y aprecias. También podemos buscar maneras de ayudarnos y apoyarnos en las distintas situaciones que se presentan en nuestras vidas.
¡Disfruta de tu relación con tus padres y sigue cultivando ese amor y agradecimiento!
Por ello, y como además hoy es el Día de San Patricio (Saint Patrick's Day), me gustaría compartir contigo un relato que habla del esfuerzo y las metas. Alguna vez he leído alguna leyenda sobre mitología, y he de decirte que me fascina cómo esas historias, que nunca han ocurrido en la realidad, siempre han estado ahí, formando parte de ella en la vida de las personas. Hoy me gustaría hacer mención a una parte de la mitología oriental, en concreto a la china.
“Cuenta una antigua leyenda japonesa que las aguas del Río Azul que bajaban desde el cielo y las aguas del Río Dorado que surgían de la tierra se encontraban separadas por la legendaria Puerta del Dragón. El Río Dorado era el último lugar en el que los seres del mar podían nadar libremente después de que fuera destruido su palacio por los dioses que caminaban en la Tierra y quienes se creían los dueños de todo cuanto su vista podía alcanzar. De entre todos los habitantes de estas aguas, la familia de los Koi (estas carpas llamados peces Koi, os pueden sonar por ser uno de los símbolos más utilizados en los tatuajes) era la más hermosa de todas, resplandeciendo a la luz del sol como brillantes estrellas. Uno de sus miembros, el más pequeño, tenía un deseo. Lo que más deseaba era llegar hasta el Río Azul, al haber escuchado a su padre decir que había un tiempo en el que no existían barreras entre un lugar y el otro. Un buen día, un grupo de peces Koi emprendieron la travesía hacia la Puerta del Dragón; así, al tiempo que nadaban contracorriente adquirirán más fuerza cada vez. Al ser un buen número, se dieron ánimos entre ellos. Sin embargo, mientras más se alejaban de casa, los peces se iban rindiendo a causa del cansancio hasta que se dejaron llevar por la corriente. No fue el caso de nuestro pequeño Koi. Él continuó a pesar del cansancio y su historia llegó a los oídos de los dioses, quienes se acercaron para ver a este singular personaje. Mientras nadaba río arriba, muchos de los dioses lo insultaban y se mofaban de él y otros cuantos lo alentaban. Finalmente, exhausto, llegó hasta la puerta; la cual era altísima. Algunos afirman que este koi insistió hasta por 100 años frente a la puerta haciendo un intento tras otro. Un día, justo en el momento que se sintió desfallecer, juntó todas sus fuerzas y dio un último salto logrando alcanzar la Puerta del Dragón. Finalmente, habiendo atravesado la puerta, dicta la leyenda que se convirtió en un dragón celestial y pudo volar por el Río Azul como era su sueño”.
La historia mitológica de las carpas Koi que se transforman en dragones es un ejemplo de la capacidad del ser humano para superar la adversidad y transformarse en algo más grande y poderoso. Este relato nos muestra cómo, a través del esfuerzo, la perseverancia y el coraje, podemos alcanzar nuestras metas y transformarnos en algo mejor de lo que éramos antes.
En la sociedad actual, es importante tener en cuenta que la transformación personal es un proceso constante y que requiere de dedicación y esfuerzo. Debemos estar dispuestos a enfrentar los desafíos que se presentan en nuestro camino ya no conformarnos con lo que está establecido. Al igual que las carpas Koi, debemos nadar a contracorriente y arriesgarnos a saltar las cataratas para poder alcanzar la cima y transformarnos en algo más grande y poderoso.
Además, la historia de las carpas Koi también nos enseña la importancia de la valentía y el espíritu de lucha. A veces, enfrentamos situaciones difíciles que nos parecen imposibles de superar, pero debemos recordar que cada vez que luchamos y seguimos adelante, nos hacemos más fuertes y capaces de cualquier desafío que se presente en el futuro.
En resumen, la historia mitológica de las carpas Koi que se transforman en dragones es una poderosa metáfora sobre la transformación personal y la importancia de la perseverancia, el coraje y la valentía. Es un recordatorio de que, aunque el camino puede ser difícil, nunca debemos dejar de nadar a contracorriente y luchar por alcanzar nuestras metas y transformarnos en algo mejor de lo que éramos antes.
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